Existen dos
tipos de deslizamientos o derrumbes:
Deslizamientos
lentos: Son aquellos donde la velocidad del movimiento es tan
lento que no se percibe. Este tipo de deslizamiento genera unos pocos
centímetros de material al año. Se identifican por medio de una
serie de características marcadas en el terreno.
Deslizamientos
rápidos: Son aquellos donde la velocidad del movimiento es tal
que la caída de todo el material puede darse en pocos minutos o
segundos. Son frecuentes durante las épocas de lluvias o actividades
sísmicas intensas. Como son difíciles de identificar, ocasionan
importantes pérdidas materiales y personales.
¿Por qué ocurren? Depende de las siguientes variables: Clase de rocas y suelos; Topografía (lugares montañosos con pendientes fuertes); Cantidad de lluvia en el área; Actividad sísmica; Actividad humana (cortes en ladera, falta de canalización de aguas, etc.); Erosión (por actividad humana y de la naturaleza). Los deslizamientos o movimientos de masa no son iguales en todos los casos. Para evitarlos o mitigarlos (reducir el riesgo) es indispensable saber las causas y la forma cómo se originan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario